La Chilindrina es enviada a vivir a un convento junto a su padrino, el padre Luna. Su llegada causará mucha expectativa entre las monjas, ya que piensan que se trata de una bebita.
La Chilindrina sale a comprar maní, pero descubre que alguien compró todo el maní que había en el pueblo. Buscando a esta persona llegará hasta un circo que se ha instalado muy cerca.
La Madre Superiora y el Padre Luna creen que la Chilindrina debe estudiar, algo que ella detesta. Para ayudarla, las monjas del convento deciden convertirse en sus maestras particulares.
La Chilindrina conoce a los niños del orfanatorio que dirige su padrino. Ellos organizan un campeonato de fútbol y la niña quiere ser partícipe del mismo.
Peluchín causa muchos problemas en el convento, generando malestar en la Madre Superiora. En un descuido, el perrito se escapa y es recogido por una familia, quienes deciden quedárselo, lo que pondrá muy triste a la Chilindrina.
Nuevamente surge la idea de que la Chilindrina debe estudiar, por lo que es inscrita en la escuela y todos harán los preparativos necesarios para que la niña asista a su primer día de clases.
Las monjas hacen un voto de silencio, por lo que no pueden hablar durante un tiempo. Mientras tanto, la Chilindrina inscribe a Sor Gertrudis en un concurso de cocina. El problema vendrá cuando la ganadora del concurso deba dar una entrevista en televisión.
La Chilindrina es la encargada de vigilar la olla de presión de la cocina. Para pasar el tiempo decide contarles a las monjas la historia de Cenicienta, donde ella es protagonista.
La Chilindrina tiene la idea de celebrar la navidad a lo grande, pero el convento no tiene dinero, por lo que tendrán una fiesta pequeña pero con mucho espíritu navideño.